Chihuahua, Chih. – La organización civil Salvemos los Cerros de Chihuahua ha alzado la voz en contra de la posible instalación del primer campus de la Universidad Anáhuac en las inmediaciones del Cerro del Caballo, una de las áreas más emblemáticas por su biodiversidad y cercanía con la zona urbana.
La preocupación de la agrupación surge tras la reciente confirmación de la construcción del nuevo campus de esta universidad privada en Chihuahua. Aunque no se ha anunciado oficialmente la ubicación del proyecto, existen fuertes especulaciones de que el Cerro del Caballo sería la sede de la institución debido al creciente interés por la expansión de la ciudad hacia el oeste, lo que incluye el proyecto del Periférico Poniente 5, parte de los planes de desarrollo urbano previstos para 2040.
Una zona de importancia ambiental
El Cerro del Caballo no solo es valorado por sus paisajes, sino también por la riqueza natural que alberga. La zona ha sido objeto de numerosas peticiones para ser declarada área natural protegida, dado que, a pesar de la constante presión urbana, su flora y fauna han resistido el crecimiento de la ciudad. La instalación de un proyecto de infraestructura educativa en esta área podría poner en riesgo la preservación de esta región.
La organización Salvemos los Cerros de Chihuahua ha sido constante en sus esfuerzos por proteger las áreas naturales circundantes a la capital del estado, destacando la importancia de preservar espacios como el Cerro Grande y el Cerro Coronel, lugares que también han enfrentado presión inmobiliaria en los últimos años. El temor es que el Cerro del Caballo siga un camino similar si la expansión urbana no se controla adecuadamente.
El contexto del cartel inmobiliario en Chihuahua
Este conflicto ambiental se da en un contexto marcado por acusaciones sobre la relación entre el crecimiento urbano descontrolado y lo que muchos ciudadanos llaman el «cártel inmobiliario» de Chihuahua. En los últimos años, organizaciones civiles y líderes de opinión han señalado que diversos proyectos de urbanización y construcción en áreas naturales han sido favorecidos por intereses privados vinculados a actores políticos.
La actual gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, ha sido objeto de críticas por su supuesta cercanía con algunos de estos grupos inmobiliarios. Durante su mandato, se han otorgado permisos para desarrollos en áreas que previamente habían sido identificadas como de interés ambiental. Asimismo, el alcalde de la capital, Marco Bonilla, ha sido señalado por favorecer proyectos inmobiliarios en zonas que, según activistas, deberían mantenerse como áreas verdes o protegidas.
El caso más sonado ha sido el del Cerro Grande, donde la comunidad ha resistido años de presión inmobiliaria, mientras que los gobiernos locales han permitido desarrollos cercanos, sin una verdadera política de preservación ambiental. Ahora, con la posible construcción del campus Anáhuac en el Cerro del Caballo, se teme que este patrón se repita.
El futuro de los cerros en Chihuahua
La situación entre el crecimiento urbano y la preservación de las áreas naturales de Chihuahua sigue siendo un tema de debate y preocupación para muchos sectores de la sociedad. Si bien la Universidad Anáhuac aún no ha confirmado la ubicación definitiva de su nuevo campus, organizaciones como Salvemos los Cerros de Chihuahua continuarán luchando para que el desarrollo económico no se dé a costa del patrimonio natural de la región.
El llamado de esta organización es claro: antes de planear cualquier obra de infraestructura en zonas ambientalmente sensibles, debe haber un análisis profundo y un compromiso real con la protección del medio ambiente y la biodiversidad. Para Chihuahua, el reto será encontrar un equilibrio entre el progreso y la conservación de sus valiosos ecosistemas.
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