Cerca de 300 personas pertenecientes a las comunidades indígenas guarijía y pima han regresado recientemente a la cabecera municipal de Moris, tras haber sido desplazadas por la violencia en la región, informó Enrique Rascón Carrillo, secretario de Comunidades y Pueblos Indígenas del estado.
Las familias, originarias de las localidades de Finca Pesqueira y San José de la Trompa, huyeron de la zona luego de enfrentar una serie de hechos violentos, entre ellos ataques con drones, que pusieron en riesgo su seguridad y las obligaron a buscar refugio en la Ciudad de México y el Estado de México.
Rascón Carrillo detalló que el retorno fue posible gracias a la coordinación entre el Gobierno del Estado, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y el Ayuntamiento de Moris. Durante su desplazamiento, las familias recibieron apoyo estatal en forma de alimentos, hospedaje y víveres, como parte de un esfuerzo por garantizar condiciones mínimas de bienestar en su situación de emergencia.
El funcionario subrayó que la Secretaría mantiene una comunicación constante con autoridades locales y representantes de las comunidades para dar seguimiento a sus necesidades y asegurar condiciones básicas de seguridad en su proceso de retorno.
Además, anunció que se continuará con el acompañamiento institucional para facilitar la reintegración de las familias a sus comunidades de origen. Paralelamente, se están implementando acciones interinstitucionales orientadas a fortalecer la seguridad y mejorar las condiciones de vida en la Sierra Tarahumara.
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